Para la mayoría de la gente, la referencia está en el exterior.

Solemos valorar nuestra apariencia, nuestra personalidad, nuestro desempeño en distintos ámbitos (laboral, familiar, incluso sexual) según la información que obtenemos de los demás en las mismas áreas.

¿Sirve compararse con otros? para muchas cosas sí. Si queremos tener éxito en un área de trabajo, es imprescindible ver y revisar lo que hace la competencia. Superar a los competidores puede ser una gran motivación y también una excelente fuente de información sin la cual es difícil lograr eficiencia.

Pero ¿qué pasa con la comparación en la práctica marcial?

Cuando entrenamos, no hay nada más deformante y hasta peligroso, que medir o decidir nuestro nivel de esfuerzo de acuerdo con lo que hacen nuestros compañeros, u otros practicantes.

Eso nos puede llevar a sobreentrenarnos, a equivocarnos, y todo lo que es equivocación equivale a «caminar hacia atrás» respecto a nuestras metas.

Debés entender que toda la información que necesitás para entrenar la tenés adentro de vos mismo.

Es importante aprender a registrarse, a sentir. Es sumamente importante mirar hacia adentro, conocer tu cuerpo, comprender tu edad, aprender de tus sensaciones.

Para entrenar es muy importante tener: (1) método (2) progresión (3) compromiso y disciplina (regularidad).

Siempre competí con vos mísmo.

En los últimos meses, dos de mis alumnos más destacados me dijeron lo mismo: Ambos/as dijeron la misma frase:

«Yo no compito contra nadie. Yo compito contra mí».

No hay mejor manera de terminar esta pequeña nota, que con esta frase. No la olvides nunca.

Jamás te compares.

Profesor Horacio Di Renzo

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